Hace unas semanas, Winamp, el veterano reproductor de música para Microsoft Windows, publicó su código en internet, como cubrí en el blog. Este hecho llamó mucho la atención por varias razones. Para empezar, porque Winamp era ese reproductor de música extremadamente popular a principios del siglo XXI, que desapareció de la noche a la mañana en cuanto el streaming entró en auge y en cuanto Winamp cambió de propietarios por unos que no parecían tener muy claro exactamente qué estaban comprando. La otra razón por la que llamó la atención, fue por la caótica forma en la que el código fue publicado.
La licencia que habían elegido para distribuir el código fuente no permitía crear forks, ni se podía considerar realmente abierta. Podías estudiar el código con fines personales, pero cualquier modificación que se te ocurriese debía ser enviada al repositorio central, para su valoración por parte de los desarrolladores de Winamp y su inclusión en la siguiente versión. Era ilegal crear versiones modificadas de Winamp y distribuirlas en código o binario de forma paralela. Incluso aunque técnicamente es necesario hacer un fork de Winamp para poder enviar contribuciones al repositorio, como muchos usuarios de GitHub hicieron notar.
Todo ese historial, el código, los tickets abiertos, y hasta los trolleos, han desaparecido como lágrimas en la lluvia, porque tratar de visitar el repositorio de GitHub donde se alojaba el código ahora provoca un error 404.

Podría haberse saltado las licencias
Aunque de momento nadie ha dado una explicación convincente, una hipótesis por la que podría haber desaparecido es debido a que la comunidad ha estado señalando estas últimas semanas bastantes faltas en torno a código que no es propio de Winamp pero que se usaba para fabricar la aplicación igualmente. Por ejemplo, se señaló que había código fuente de empresas como Dolby, Intel o Microsoft en algunos de los archivos del proyecto que estaba clasificado como «confidencial».
Otros usuarios advirtieron que algunos de los archivos del repositorio también procedían de otras bibliotecas con licencia GNU GPL, lo que ponía a Winamp en una situación delicada porque enlazar código GPL y modificar código GPL requiere que se use la misma licencia de software, y no otra.
Los autores del proyecto retiraron los archivos, pero no los purgaron del todo. Cualquier persona con conocimientos de Git podía examinar el historial y localizar esos archivos en versiones viejas del repositorio.
Un código abierto que no convence a nadie
Entre las críticas recibidas estas semanas, se encontraba gente que estuvo involucrada directamente con Winamp. Hace unas semanas, Justin Frankel, uno de los creadores originales de Winamp, decía lo siguiente:
Estos términos de uso son completamente absurdos en la forma en la que están escritos: «no puedes crear, mantener y distribuir una versión modificada del software». Hacer cualquier cambio, entonces, podría ser clasificado como «crear una verrsión modificada». Tal como están escritos, estos términos son terribles. No gracias.
En los foros de Ars Technica, una persona que trabajó hasta hace pocos meses en la empresa que actualmente poseía Winamp daba un poco más de contexto sobre cómo se ha llegado hasta aquí, indicando que los nuevos propietarios de Winamp inicialmente veían con malos ojos hacerlo de código abierto (¿para qué entregar algo que nos ha costado dinero?), como si no existiesen ya 50.000 reproductores de música a estas alturas. Sólo la propuesta de que esto tal vez mejoraría la imagen de Winamp con la comunidad les hizo cambiar de idea, y aun así el equipo que se iba a ocupar de limpiarlo para que esto no ocurriese fue despedido hace unos meses por recortes de personal.
La imagen de Winamp, efectivamente, estaba deteriorada. Años de mal uso de la marca, la incursión fallida en el mundo de los NFTs y la sensación de desenganche con la comunidad de usuarios fieles provocaron que la gente se olvidase de Winamp para bien. Este intento de lavar su imagen no va a mejorar las cosas visto cómo ha acabado.