Zen Browser es un navegador nuevo que se volvió inicialmente popular este verano. Incorpora características que se han vuelto populares en otros navegadores como Arc o Microsoft Edge, como la barra de pestañas vertical o la función de abrir varias pestañas en paralelo, en una especie de mosaico de ventanas. Sin embargo, Zen Browser tiene otra característica importante que le define: es un fork de Mozilla Firefox.
La mayoría de navegadores web que aparecen estos días están basados en el motor interno Blink, desarrollado por Google, y presente en Google Chrome. Blink es abierto, está licenciado como BSD + LGPL. Sin embargo, el roadmap de desarrollo está muy ligado a Google, de modo que estos navegadores acaban heredando cualquier función o cambio que se agregue a Google Chrome. En caso de conflicto de interés, como ya se está viendo con la gestión de las extensiones de bloqueo de anuncios y contenido, sabemos qué tipo de cambios va a incorporar Google a su motor y, por lo tanto, a qué lado arrastrarán a otros navegadores derivados salvo que manualmente reviertan esos cambios.
Zen, en cambio, es un fork de Mozilla Firefox. Es uno de los pocos navegadores que, pese a su cada vez menor cuota de uso, le puede hacer frente para asegurarse una mayor pluralidad en el futuro de la web. Sin embargo, Mozilla Firefox tiene un problema: está producido por personas que han olvidado el sentido de la vida y la razón por la que están ahí. La fundación Mozilla lleva años maltratando Firefox, y humillándolo entre experimentos absurdos y una falta de financiación preocupante. Que haya alternativas para poder utilizar la infraestructura de Mozilla Firefox, incluyendo el uso del motor Gecko, sin usar directamente Mozilla Firefox, es una buena noticia.