Las 4 razones que harán de VanillaOS la distro que dará que hablar en 2023

VanillaOS tiene papeletas a volver a hacer interesante y divertido el ecosistema GNU/Linux durante 2023, y en este artículo te voy a contar las razones por las que puede ocurrir esto.

Se espera que en un par de semanas salga la primera beta pública de VanillaOS, una nueva distribución basada en Ubuntu Linux. Esta distribución tiene papeletas a volver a hacer interesante y divertido el ecosistema GNU/Linux durante 2023, y en este artículo te voy a contar las razones por las que puede ocurrir esto.

VanillaOS está basada en Ubuntu Linux, pero no es simplemente otro Ubuntu cambiado de piel, sino que introduce cambios sensibles a la forma en la que trabaja la distribución, que pueden hacer del día a día una experiencia interesante. Van bastantes años donde las distribuciones parece que se han estancado y que avanzan lentamente. Todas las distros están basadas en otra ya existente cambiando algunas cosas, y apenas se introducen cambios interesantes que valgan la pena de cara a evolucionar el estado del arte.

VanillaOS rompe los moldes e introduce una serie de cambios a la forma en la que funciona el sistema operativo que, si bien no son para todo el mundo (mucho menos tal vez para personas que llegan a GNU/Linux por primera vez), pueden servir de inspiración para funciones interesantes que tal vez en unos años veamos incorporadas en otras distribuciones.

Una experiencia GNOME mainstream

El primero de estos aspectos es el entorno de escritorio. GNOME. En principio no debería suponer ninguna novedad, puesto que hoy en día Ubuntu también utiliza GNOME. Sin embargo, VanillaOS trae un GNOME puro y sin añadidos de Canonical. Este es un factor determinante. Ubuntu trae una versión de GNOME altamente modificada, con un dock preinstalado, con soporte para mostar iconos en el escritorio, y con un aspecto de pantalla altamente modificado.

El escritorio de VanillaOS en un ordenador portátil.
Render de VanillaOS propuesto por sus autores. Foto tomada del sitio web oficial.

Si queda en la sala algún fan del viejo Ubuntu GNOME, posiblemente sepa a qué me refiero con esto. Cuando Ubuntu se pasó a GNOME en 2017 y abandonó Unity, esto deprecó inmediatamente Ubuntu GNOME, otra distribución spin que previamente había aparecido para ver cómo sería Ubuntu si utilizase el por entonces reciente GNOME 3. Sin embargo, el salto de Ubuntu GNOME 16.04 a Ubuntu 18.04, pese a que sea el mismo entorno de escritorio, claramente dejó un poco que desear a quienes buscasen una experiencia más neutra. Ubuntu GNOME era un GNOME puro, ligero y azul. En cambio, Ubuntu 18.04 era naranja y con paneles cambiados. En ese sentido, VanillaOS recuerda bastante a lo que era el viejo Ubuntu GNOME. Una interfaz de usuario minimalista y sin muchos cambios respecto a la línea base de GNOME.

Capacidad de elección

Uno de los aspecto más característicos de Ubuntu es su preferencia hacia el sistema Snap. Este año ya vimos como Ubuntu delegaba en Snap ciertos paquetes del sistema esenciales, tales como Firefox, el cual ahora mismo se actualiza siempre por Snap. Otras distribuciones basadas en Ubuntu, como Linux Mint, se bajaron del barco y ofrecen derivados en los que el soporte para Snap está eliminado.

En vez de imponer Snap, una de las primeras cosas que hace el sistema operativo tras instalarse es preguntar qué tipo de gestor de aplicaciones se va a querer utilizar: Snap, Flatpak, AppImage, o una mezcla de las tres opciones. Lo que significa que es más fácil de eliminar el soporte para Snap si no tienes previsto utilizarlo, y mantenerte usando exclusivamente Flatpak si ese es tu interés.

El asistente de configuración de VanillaOS preguntando por el tipo de gestor de paquetes a utilizar.

Inmutable pero no mucho

En los últimos años, hemos visto propuestas para fabricar sistemas operativos inmutables como OSTree. La idea de un sistema operativo inmutable es impedir hacer modificaciones fuera del directorio personal. Por lo general, cuando se instala un sistema operativo de tipo GNU/Linux, se nos permite implícitamente hacer con nuestro disco duro lo que se nos proponga, incluyendo modificar los archivos de carpetas especiales como /usr.

Y a pesar de que desde el punto de vista de la administración de sistemas, este es un paso que a veces hay que dar, por ejemplo, para instalar a mano una aplicación foránea que no se puede obtener fácilmente desde el gestor de paquetes, también es cierto que puede provocar desequilibrios en el sistema operativo. Archivos que se olvidan de eliminar al borrar una aplicación, o conflictos al actualizar porque de repente un programa instalado a mano no es compatible con una actualización de una dependencia de sistema.

Para establecer un término medio, VanillaOS trae una herramienta denominada almost. Con este sistema podemos alternar entre modo ro y modo rw. La principal diferencia es que mientras el sistema esté en modo ro, no será posible modificar la capa base del ordenador. Si en algún momento necesitamos tocar algún directorio del sistema, no obstante, podremos cambiar a modo rw y hacer nuestros cambios, volviendo a poner el sistema oprativo en modo ro en el siguiente arranque. De este modo nos lo tendremos que pensar un poco antes de hacer modificaciones, y el sistema se mantendrá mucho más estático.

VanillaOS también soporta el concepto de «capas», en el sentido de que mientras se aplican cambios, es posible tener un área de staging donde ensayar los cambios que se hagan al sistema antes de aplicarlo. Esto lo podemos utilizar para poner los archivos y ver el resultado que tendría al aplicarlo de forma definitiva. Eso sí, no es un concepto de capas como el que hay en OSTree ni mucho menos, por lo que una vez se aplique de forma definitivamente una capa, se introducen esos cambios en el sistema de archivos real sin vuelta atrás (salvo que lo hagamos a mano, claro).

Las opciones de VanillaOS preguntan qué tipo de sistema operativo se quiere tener, uno inmutable o uno no inmutable.

apx: instala paquetes de forma segura

Sabemos que no siempre es fácil encontrar software para algunas distribuciones GNU/Linux. Muchas distribuciones grandes hoy día usan herramientas como copr o PPA para poder hacer más flexible la obtención de software de terceros en un sistema. Sin embargo, esto a menudo suele ser un foco de problemas en tanto que esos paquetes pueden provocar que tarden más comandos como apt update, o incluso pueden provocar que varios paquetes se bloqueen por incompatibilidad.

Sin embargo, sabemos de sobra quién no tiene problemas de paquetes en sus repositorios, ¿no? Efectivamente, el sistema AUR de Arch Linux. De modo que VanillaOS trae un gestor de paquetes llamado apx, que aparte de ser otro frontend para interactuar con el apt-get del sistema operativo, nos permite algunas cosas especiales.

Por ejemplo, otra de las características de apx es que permite instalar paquetes en contenedores aislados. Con eso, evitaremos dañar el sistema principal al instalar y desinstalar cosas, ya que cabe la posibilidad de que con tanta instalación y desinstalación de cosas, se queden cosas a medio instalar. (¿A quién no le ha pasado que se queda algún paquete sin eliminar del todo porque deja algún archivo de configuración suelto o porque se instaló como recomendación y nunca se quitó?)

Esta característica, no obstante, no está disponible en este momento en máquinas virtuales, así que si apx detecta que se está ejecutando desde una máquina virtual o hipervisor como QEMU o VirtualBox, rechazará activar el soporte para contenedores. Si estás evaluando VanillaOS en una máquina virtual antes de decidirte a instalarlo o no, tendrás que prescindir de esta prueba.